sábado, 26 de marzo de 2016

Señora Dignidad



Señora Dignidad



Me costó elegir este título, creo que el escogido refleja fielmente esta historia.
Antes quiero definir la palabra dignidad:

Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden
A lo anterior quiero añadir un artículo conseguido del siguiente blog:

http://masconciencia.blogspot.cl/2012/04/cuestion-de-dignidad.html
Donde nos profundiza más sobre el concepto de la dignidad humana:

Nuestra dignidad como seres humanos determina nuestra existencia y bienestar. Cuando hemos aprendido a apreciarla, nos respetamos a nosotros mismos, respetamos a los demás y nos hacemos respetar. En las relaciones personales, nuestras respuestas serán adaptativas. Pero no porque con ellas pretendamos adaptarnos a cualquier entorno, aunque sea alienante, como manipuladoramente nos enseñaron, sino porque más allá de cualquier circunstancia, valoraremos la dignidad.
Teniendo presente nuestra dignidad, podremos afrontar los problemas cuando sea posible resolverlos. Y cuando no sea posible, sabremos esperar mientras seguimos esforzándonos en conseguir mejores circunstancias que lo permitan.”

Una noche después del trabajo pasé a comprar a un local cerca de mi oficina y me quedé conversando con la señora que atendía ese local, la que resultó ser la dueña de él por más de 20 años, ella me contó que fue dueña de casa desde que se casó, su vida estuvo en llevar la casa y atender a sus hijos y esposo, un destacado profesional en el área médica quien suministraba los recursos financieros, bastante más que suficiente para llevar una vida tranquila, hasta que un día,  un episodio de pareja de “aquellos en el que el hombre se nubla por un falso aroma”, la llevó a la determinación de pedirle a su esposo que se fuera del hogar, lo cual le traería fuertes implicancias económicas, esto más que atemorizarla la animó a Mirar en el Horizonte Alguna Oportunidad, hasta que dio con una, que fue la oportunidad de comprar un modesto negocio cerca de su hogar, un quiosco de metal, por el cual debió insistir varias veces hasta que logró que se lo vendieran, este quedaba a cuadras de sus casa y a la vista de todo su entorno social, familias muy acomodadas, eso no le importó y lo comenzó a atender, para ella significó cambios drásticos en su rutina como por ejemplo, levantarse a tempranas horas de la madrugada para recoger los periódicos en los centros de distribución (Aproximadamente entre las 4 y 5 AM), a lo anterior agreguemos toda el cambio de sistema en su hogar, sola con hijos pequeños y menos recursos, ya que sólo aceptó una pensión para sus hijos y nada para ella.  Respecto a haber quedado sola esta señora, viene a mi cabeza un sabio refrán que dice mi suegra: “Nunca está solo quien está acompañado de nobles pensamientos”. 
Entre los hechos anecdóticos que me contó la señora Dignidad, es que tenía que llevar a sus niños a su local, donde los hacía estudiar y los preparaba para el colegio, en un principio como todo niño le dejaban un desorden mayúsculo, pero con el tiempo a punta de retos y tirones de oreja se fueron comportando mejor,  comenzaron a ayudarla vendiendo y repartiendo los periódicos, varias de las entregas eran en casas de sus vecinos con los que antes habían tenido una estrecha vida social pero que después de este episodio se cortó.

En esta nueva vida, tuvo rápidamente que enseñarles a sus hijos, que el negocio debía ser considerado con seriedad porque significaba el sustento para ellos y también a través de éste les enseñó, que en la vida debían relacionarse con las personas correctamente y de forma transversal (ella misma insistió con esta palabra por lo menos 5 veces en nuestra conversación, por eso dejo la misma).
Y resumiendo su vida actual, vive en un departamento en un lindo sector de Santiago, sigue trabajando, sus hijos son todos profesionales e incluso uno de ellos sacó 2 carreras, se muestra contenta y satisfecha con su vida.

Lecciones que me dejó esta historia:
i) No perder nuestra dignidad, especialmente cuando las cosas no vayan bien en nuestra vida o con nuestros proyectos.
ii) Tener un correcto comportamiento independiente de quien tengamos al frente (transversalmente), por ejemplo en una negociación, respetar y hacer valer nuestros puntos de vista.

También aprovecho de homenajear a todas aquellas mujeres que pese a las  circunstancias difíciles que les han tocado en su vida han sacado adelante a sus hijos y a ellas mismas



 

1 comentario:

  1. Que increíble historia de superación, tanto personal como social. Sin duda todo llega en su momento justo y se recompensa el trabajo duro, a la vez que nuestro sentido de dignidad va aumentando. Un abrazo grande querido amigo.

    ResponderEliminar