Quiero compartir una historia genial, donde un papá atribulado con los fuertes gastos de pañales de sus hijos, se vío en la necesidad de llegar al distribuidor mayor para poder por sí mismo adquirirlos a menor precio y lograr un ahorro en el presupuesto familiar. Partíó desde el vendedor minorista en la cadena, indagando sobre el negocio de pañales, obtuvo nombres de distribuidores, los visitó, les compró, con lo cual logró un ahorro en el presupuesto familiar, y logró algo mejor...
pudo él también ser un distribuidor de pañales. Comenzó vendiéndole a cercanos, después instaló un local al lado de la casa de su madre, y al poco tiempo abrió un local en Rancagua, con el que le comenzó a ir muy bien, permitiéndole hoy tener 3 locales en varias ciudades de la zona central de Chile. También un sindicato de una institución estatal hizo un convenio con esta empresa para que sus afiliados pudieran comprar sus productos, y estas compras después fuesen descontadas por planilla a sus afiliados. Otro hecho destacable que ha tenido este emprendimiento, ha sido que hace un tiempo atrás un marca mexicana le ofreció la exclusividad de un producto.
Esta experiencia nuevamente refuerza el concepto, que la realidad puede ser cambiada por nuestras ideas y acciones, "lo que no existía puede exister", y "lo que era un problema puede ser una oportunidad".
Me siento muy bendecido que Dios me haya mostrado esta experiencia, ya que en si misma refleja la vida misma, que; "siempre puede haber un nuevo comienzo".
Un fuerte abrazo, y Feliz Año 2013...además prometo ser más constante el 2013 en escribir en este blog.
